Archivo mensual: marzo 2014

Un paseo por los Puros

Un paseo por Los Puros

 

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Cerezos en flor

 

 

 

Bueno, no os calentéis la cabeza, Los Puros no se trata de una secta religiosa, ni de una ONG, no van por ahí los tiros. Los Puros simplemente es un paraje, un pequeño valle cercano a Murcia, por el fondo del cual corre una rambla o al menos corría hace años y que desde los altos del Relojero y vertiente norte de la sierra de los Villares se precipita a lo largo de tres o cuatro kilómetros en la rambla del puerto del Garruchal de la que es deudor.

 

El paraje tiene una incuestionable belleza, un algo especial, un duende, algo mágico. Y seguro, seguro, que el nombre tiene algo que ver con ese algo indefinible, con ese misterio que transciende y se intuye. Al fin y al cabo no está tan lejos el Paisaje Lunar, paraje peculiar y mágico también. Así es, y además desde el mismo se pueden admirar el paisaje circundante, un circo de montañas de perfil airoso, al suroeste las boscosas estribaciones de la Sierra de los Villares, las cumbres de la sierra de Columbares hacia el sureste, los dientes o tal vez debería decir la peineta de Los Mamellones cerrando el circo por el este, las estribaciones abruptas del parque del Valle por el noroeste y al norte los farallones rojizos del Puntarrón que se desploman verticales en el valle, y en la rambla del Garruchal, que se abre paso y se precipita entre las altas paredes del desfiladero hasta desembocar en el Reguerón, unos cuantos kilómetros mas adelante, con lo que el circulo queda cerrado. Y como única salida de escape la estrecha y zigzagueante carretera que bordea la rambla del Garruchal,  que procedente de Gea y Truyol, viene a desembocar en San José de la Vega y en la costera sur de la vega del Segura,  entre Algezares y Beniaján.

 

Los bancales se escalonan en cascada irregular e interminable, contenidos por sus muros de piedra seca o con motas de tierra, con las variedades características de la huerta murciana, cargados de frutos los árboles, los brillantes huertos de limoneros y de naranjos, el verde-gris de los olivos, y algo mas sorprendente en la zona más alta del valle, parcelas con cerezos en flor.

 

 

Al fondo, y en las aterrazadas faldas del valle, casi escondidas detrás de muros y vallas las casas desperdigadas, rodeadas de árboles y huertos, asoman sus tejados y sus acechantes y coloreadas fachadas, que trepan a lo alto en caminos de acceso de pendientes imposibles.

 

Pues allí estábamos convocados esta mañana por un amigo común, perteneciente como nosotros al grupo de Los Alfonxinos, la quinta o la promoción del curso del 59-60 cuando ingresamos en el Instituto Alfonso X el Sabio de Murcia- los ínclitos, los inconmensurables, los genuinos y únicos-, a una jornada de convivencia, a recordar los viejos tiempos, a rememorar nuestra estancia y pertenencia a ese centro de enseñanza y a ese grupo, descolgándonos ya casi todos en ese tiempo fronterizo de los 65 otoños.

 

El lugar de la convocatoria, el refugio del susodicho amigo. La excusa: dar la bienvenida a la Primavera, que seca, pero esplendorosa en sus aromas de desbordante azahar, se explaya en la ciudad, en el entorno de la huerta, y en las estribaciones de la cordillera sur, donde se ubica el paraje.

 

Y para celebrar el evento, habíamos subido preparados con la intención de dar buena cuenta del ágape previsto: migas y paella. Hacía un día soleado pero ventoso, el viento procedente del interior del país era frío, y de cuando en cuando soplaba en fuertes e inmisericordes rachas, y era como el recordatorio de que todo el centro y norte de la península estaba bajo los efectos de una borrasca atlántica que nos traía la lluvia y la nieve, que como siempre quedaría a las puertas de la región, como si un oscuro temor o una terrible maldición les impidiera el paso, advirtiéndonos con sus ventosos coletazos de que el invierno ni mucho menos se da por vencido.

 

Así que al llegar dejamos los bártulos de los preparativos del ágape, y con ánimo y decisión cerramos nuestros ternos y cazadoras, y haciendo frente a las fuertes rachas de viento nos dirigimos hacia lo alto de Los Puros, a la búsqueda del espectáculo de los cerezos en flor, con la muy sana y loable intención de quemar energías y hacer el ejercicio necesario para poder atacar con más fuerza el refrigerio previsto para el mediodía.

 

Así transcurría la mañana, y después de llevar a cabo la pequeña excursión en lucha con el viento, descendimos a cotas menos frías y ventosas, pues es sabido que los cerezos para conseguir una producción y rendimiento aceptable deben de estar expuestos a un determinado numero de horas de frío, y en los alrededores de Murcia, ese frío solo se alcanza por encima de determinadas cotas de altitud.

 

Colmada nuestra curiosidad, y realizadas las preceptivas fotos recordatorias,  en vista de que el apetito apremiaba, nos dimos prisa por retornar al refugio y empezar con los preparativos de la comida. Después claro, de tomar un ligero tentempié para afrontar, ya algo mas recuperados, el tramo final de la elaboración de las migas.

Y allí estábamos ya preparando las migas, bromeando entre chanzas, picoteando los aperitivos y trasegando la cerveza o el vino, turnándonos en el desenvolvimiento de la masa, hecha con la extraordinaria, sensual y única harina de trigo del Molino de Felipe(el último molino, el último molinero en activo de la Ribera de los Molinos de Mula, el último de los mohicanos), y que ofrecían feroz  resistencia como siempre, a soltarse y a desgranarse, en finas y ligeras migas, con el toque aromático de los ajos fritos en su justo punto, dorados en el aceite de oliva virgen extra de la variedad “hojiblanca”, y sazonada en su justo término, y a las que movíamos y revolvíamos sin cesar, en persistentes y mantenidos movimientos envolventes de rasera en la profunda sartén de hierro, como tenía que ser, dando la vuelta y removiendo, con fuerza y con dulzura a la vez, sacando la masa de lo más profundo, con cariño.

 

Y así poco a poco, manteniendo el fuego y la presión, con el movimiento persistente de la rasera que oscilaba de uno a otro extremo regodeándose y rebañando las paredes del caldeado recipiente, la masa se fue soltando poco a poco, por la acción del fuego y de la fuerza, abriéndose al calor. Ligero el vapor ascendía lentamente y las migas pugnaban por desgranarse y se reafirmaban, a la vez suaves, sensuales siempre, luchando y resistiéndose ante la fuerza de la rasera. Y la sartén moviéndose al ritmo que se le imprimía, como violín tocado por suave arco, como violonchelo enamorado, como dulce viola hollada, su hierro, ora agitado, como agudo tambor, ora protestando, ora resbalando. En una sinfonía sin fin de contradanza amorosa. Las migas se levantaban y arqueaban, se volvían a resistir, y se abandonaban, caían en cascada al ser movidas y alzadas por la rasera, como granos dorados, como perlas del oriente, como lluvia de estrellas, como huríes del paraíso huyendo de sus acosadores, como cañas agitadas por el viento, como bailarinas atormentadas al ritmo de bulerías, como sauces reflejados en el espejo del agua del río. Y al fin, rendidas y sueltas yacían en el fondo, desmadejadas al fin, jadeando todavía por el esfuerzo de esa contradanza agotadora, ensimismadas. Y entregadas a un último y voluptuoso espasmo, palpitantes, temblando todavía.

 

Así yacían junto a mí, en la sartén, y al fin como siempre, su resistencia vencida, rendidas y en su punto.

 

 

 

Murcia, 27 de marzo de 2014

 

P.D.: Con la resaca de las migas, de la paella y del vino de Férez

solo me queda por decir: Misión cumplida.

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ADOLFO SUÁREZ

ADOLFO SUÁREZ. Un estadista para la historia.

 

 Adolfo Suarez 1-el encanto

 

La cara amable y el encanto de Suárez

 

 

No suelo hablar de política en mi blog, es uno de los temas tabú, uno de los límites que libremente me he autoimpuesto. Pero hoy voy a hacer una excepción y voy a dar rienda suelta a lo que siento y a lo que pienso.

 

Se nos ha ido Adolfo Suárez, fallecía a las 15: 03 de esta misma tarde, en Madrid en la clínica Cemtro, dónde estaba ingresado por una agudización de la enfermedad degenerativa del sistema neurológico que arrastraba desde hacía años.

Realmente él – su mente – ya no estaba aquí, solo su cuerpo permanecía con nosotros, su mente se había ido apagando lentamente en los últimos años.

 

Y sigo reafirmándome en mi decisión de hablar de política, aunque sea de la política de aquellos años de la Transición, que tan de cerca nos tocó vivir y que tan bien conocemos.

 

No creo que diga nada que no se sepa, al menos para la gente de mi generación, pero si es cierto que es una figura un poco olvidada, más bien bastante olvidada diría yo.  La memoria de los pueblos es muy frágil, tiende a creer o pensar que lo que tienen y disfrutan hoy día ha estado ahí siempre.

 

Para los que formamos parte de la generación de la posguerra, los que hemos conocido la escasez, y la precariedad económica de aquellos años y los que hemos nacido y nos hemos criado en aquel Régimen que nos tocó vivir, tenemos otra visión de este hombre.

 

Y cuando he dicho aquel Régimen, no lo digo con intención peyorativa, pues yo particularmente no era muy consciente de las limitaciones y restricciones que el mismo nos imponía. Era un niño y en esa época tenía otras preocupaciones y prioridades en mi vida que las de explicarme la situación política del país. Prioridades que consistían, en comer lo suficiente, jugar y leer, ir a la escuela, y mis relaciones familiares y de amigos, y poco más. En mi casa nunca se hablaba de política, pues bastante tenía mi madre con sacarnos adelante (comer y vestir) y que pudiéramos estudiar, esa era la única política que nos preocupaba, la única que llevábamos entre manos. Y por otra parte no tuve un padre (porque prácticamente no lo conocí) que me inculcara ideas o ideologías determinadas, en ese aspecto era ideológicamente un niño virgen, bueno esto si lo tendría que matizar, pues en la escuela de esos años si recibías instrucción ideológica, eso de cantar “El cara al sol” y de hacer el saludo falangista, y la instrucción teórica o adoctrinamiento en los principios  del Glorioso Alzamiento Nacional que dieron lugar al famoso Movimiento del mismo nombre ( ojo y que no se trata del movimiento de ninguna famosa sinfonía), y no os riáis, pues es una aclaración que considero procedente dado el desconocimiento absoluto del tema de las actuales generaciones  de “españolitos” ¿y tendría que decir eso, de lo políticamente correcto: y de “españolitas”?

 

Aunque yo en esa época no sabía deslindar muy bien la parte ideológica(que no preocupaba ni me interesaba gran cosa) de la parte placentera, pues creo recordar que los cánticos, yo los asociaba con los desayunos con la leche en polvo y el queso Cheddar americanos (ese de color naranja que iba en grandes latas) y lo que a mí me parecía totalmente coherente y lógico(por lo del hambre), si lo analizas con la perspectiva de hoy día tenía que resultar chocante, pues como se comía eso de cantar el Cara al sol falangista o del Movimiento con la ingesta de los alimentos de una de las patrias de la libertad.

 

Si lo pienso ahora, llego a la conclusión de que nos vacunaban para que no nos contaminaran los virus libertarios por la ingesta de los alimentos americanos. Tenía que ser eso, no hay otra explicación.

 

Pues eso. Fue después, bastante después cuando me empecé a cuestionar el mundo y la situación política en la que vivíamos. Fue una evolución natural y nada traumática. Lamento decirlo, pero nunca fui un activista en ningún partido, ni asociación ni civil ni cristiana, ni de ningún tipo, lo tenía muy claro, un caso raro, pues al ser teóricamente virgen en esos aspectos debería haber sido tal vez mas influenciable o captable para esos menesteres, y no fue el caso. Que podía haber cantado aplicándomela la famosa canción de Nino Bravo, esa que dice: Libre, libre…

 

Y eso sí, es lo que llevamos en la sangre y en los genes, el marchamo, necesitamos sentirnos libres y yo había tenido una buena escuela, mucho contacto con el campo y con la naturaleza, el mejor antídoto para todo tipo de totalitarismos y adoctrinamientos ideológicos, de ahí venía mi fuerza.

 

Pues a lo que íbamos, pues me pongo a hablar de esa época y tiro el carro por el pedregal, centrándonos en la muerte de Adolfo Suárez que es lo que viene al caso.

Y vuelvo de nuevo al tono solemne.

 

Para mí, y creo que también para la inmensa mayoría de los españolitos de la época, la Transición fue un gran logro, y de esa transición yo destacaría a tres personas o personajes claves, a saber: el Rey Juan Carlos, el más importante, al que seguiría Adolfo Suárez y por último Torcuato Fernández Miranda. La conjunción de estas tres figuras fue determinante para conseguir el éxito de la Transición.

 

Y lo explico, para aquellos que desconozcan nuestra historia, ya no tan reciente.

En primer lugar aparece el Rey, que es motor, y que impulsa toda la operación desde el reconocimiento y la legitimidad que le da el Régimen, y que consciente de la imposibilidad y continuidad del mismo se aplica a desmontarlo desde la legalidad.

 

Para ello hace falta un político de brega que conozca la tramoya del Régimen, hábil, flexible y con mano izquierda (que le iba a hacer falta) y valiente (y como consecuencia de todo ello, joven) y que comulgue con las ideas del Rey, y ahí está el acierto y ojo clínico de Juan Carlos que da con la figura que se ajusta a ese perfil, Adolfo Suárez. Por otra parte para que todo sea legal se apoya en la figura del presidente de las Cortes, el jurista don Torcuato Fernández Miranda, la clave que cierra la bóveda de la construcción.

 

Y se produce entonces el desmontaje del Régimen, cuando se aprueba en las Cortes franquistas la ley de la Reforma del sistema político, preparada por don Torcuato Fernández Miranda: Otro gran logro, en el que los diputados a Cortes se hacen el hara- kiri, se autoinmolan, y dan paso a unas elecciones generales que a su vez dan lugar a unas Cortes constituyentes de donde saldrá consensuada y aprobada la Constitución española que ha regido y regulado nuestra convivencia hasta ahora.

 

Pero no hay que olvidar que aunque el Rey era el impulsor, Suárez era el ejecutor, el que se movía entre bambalinas, pues conocía todos los entresijos y vericuetos del Régimen: convocando, convenciendo, embaucando con su encanto e innata simpatía -era irresistible en las distancias cortas – y aunando voluntades para hacer posible que los antiguos diputados franquistas a Cortes dieran el voto favorable a la Reforma. Él sabía como convencerlos y ganárselos y a ello se aplicó con perseverancia y determinación, apoyado en todo momento por el Rey y en connivencia con don Torcuato, el presidente de las Cortes, que desplegaba su tela de araña jurídica para hacer posible la Transición sin traumas, de una manera ordenada y legal.

 

Fueron cinco años, pero podrían haber sido menos, solo por ellos, por el  éxito de la Transición se ganó un sitio importante en la Historia de España, es y será considerado siempre como una de las figuras claves del siglo XX, sus logros nos han permitido llegar a donde estamos, casi cuarenta años después.

 

Desde aquí, desde mi blog, me uno a todos los que van a echar de menos ese espíritu de consenso que con tanta habilidad y esfuerzo supo conseguir en aquellos tiempos de la Transición y que tanto se echa en falta en estos tiempos que nos ha tocado vivir.

 

¡Descanse en paz!

 

 

 

 

Murcia, 23 de marzo de 2014

Nota del autor:

Tengo que reseñar que me ha emocionado el mensaje del Rey, pues ha hablado de amistad, de clarividencia, de visión de futuro, de esfuerzo, de consenso, de entrega y de lealtad cuando se refería al amigo, a Suárez.

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DE PROFUNDIS

DE PROFUNDIS (Salmo desde el abismo)

 

 Aguila imperial en vuelo_2

 Aguila imperial oteando

 

 

Un pensamiento en mi mente

está rondando

como retorcida serpiente

lentamente se va enroscando.

 

Los sentimientos afloran

y la pena calla.

Como traje de volantes

que en su revuelo restalla.

 

Como paloma vuela, desorientada,

sin norte y sin rumbo, impulsada por el viento.

Como mi dolorida alma

se aleja indecisa dando tumbos.

 

¿Será frágil paloma o poderosa águila?

Él se pregunta.

 

La respuesta le llega

ya sin demora: ¡Ay, corazón mío,

quién lo supiera!

 

Pero en esos momentos

en que la mente vaga

libre de ataduras, en la madrugada,

Vuela ya,

como poderosa águila.

 

Levantando el vuelo hacia las alturas

oteando en los horizontes,

los recuerdos e inquietudes

que aún perduran.

 

Allá abajo,

en el pozo profundo de la vida,

están las huellas, que el paso del tiempo

en su largo discurrir no ha borrado.

 

A la búsqueda está, rastreando inquieta

Buceando sin pausa en el alma dormida,

como llama oscura.

 

Atenazada por la angustia y por la duda.

 

Simas profundas

insondables y negras,

Ante ella se abren

como imponentes fallas.

 

Oscuras acechan,

amenazantes y casi olvidadas.

Pero que reverdecen prestas

con tan solo ser rozadas.

 

Como las marchitas plantas

de su postración salen al ser regadas.

 

Removiendo los posos oscuros

que yacen dormidos

En el fondo.

 

¡Eh tú, despierta ya alma mía!

Atenazada en las brumas del sueño del olvido

¡Vuelve en ti!

Que ya ha amanecido.

 

¡Cantémosle desde el abismo!

Que la luz de la aurora ilumine mi camino.

 

Alegrémonos,

ya el Amado escucha nuestro cántico,

Haciéndonos un hueco

en un rincón,

de su regazo florido.

 

 

Murcia, 21 de marzo de 2014

 

Nota del autor:

«¡Oh! vosotros que tenéis la inteligencia sana

considerad la doctrina que se esconde

bajo el velo de los versos extraños.»

(Divina Comedia, Infierno, canto IX, 63)

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Aromas de azahar. Primavera murciana

Primavera murciana. AROMAS DE AZAHAR

Naranjo en flor 1

Naranjo en flor

 

Cuando la brisa sopla

el aroma llega,

Los sentidos se alteran

Y el alma flota.

 

Ay, en la primavera murciana.

 

El azahar inunda

La liviana atmósfera,

De efluvios intensos

de primavera.

 

Avivar mis sentidos

más no pudiera,

Exacerbados ya están

de primavera.

 

De pétalos sembrados

están las aceras,

De blanco impoluto

Como la seda.

 

Abigarradas flores

entre las hojas,

De tan brillantes verdes

lucen palomas.

 

Primavera murciana

que con fuerza llegas,

De naranjos floridos

tus calles llenas.

 

Ay, por San José, Murcia

estás que arrebatas,

Hojas de limonero, azúcar moreno

y canela en rama.

 

En dulces paparajotes

la ciudad se explaya.

 

Y en chocolate con churros

se cierra el alma.

 

Ay, el alma golosa

de las murcianas.

 

 

Paparajotes-o-Paparajotas 2

Dulces paparajotes

Murcia, 19 de marzo de 2014

Día de San José

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El Mundo Flotante

El mundo flotante

 

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Érase una vez, en un país lejano en el Extremo Oriente, la gente después de un largo período de guerras, de luchas intestinas, de calamidades, de hambre, enfermedades y sufrimientos sinfín, quería disfrutar de la vida.

Con el advenimiento de un largo periodo de paz y prosperidad, se plantearon que ya que la vida que los dioses se dignaban darnos era corta, había que aprovechar el tiempo al máximo, disfrutando e intentando obviar todo lo que la hiciera difícil, saboreando al máximo los buenos momentos y disfrutando de los placeres de la misma.

Ese era el planteamiento de ese pueblo, de esa sociedad que se asomaba al siglo XVII de nuestra era, en el Imperio del Sol Naciente, en el Japón recién salido del enfrentamiento fraticida entre los dos bandos representados por dos poderosos señores feudales (los daymon), las poderosas familias de los Hideyoshi y de los Tokugawa y que dio lugar a la instauración del Shogunato Tokugawa, también conocido como periodo Edo, por ser Edo (la actual Tokio), la capital del Shogunato.

Una sociedad jerarquizada, en la que las clases predominantes en las ciudades se lanzaron a disfrutar de los privilegios conseguidos con una cultura refinada y permisiva en la que casi todo estaba permitido, con una visión y filosofía hedonista en la que la que se obviaban los posibles aspectos negativos situándose por encima de esas limitaciones y condicionantes, en una etérea región, por encima del mal y del bien, en una especie de Mundo Flotante.

La expresión “mundo flotante” se emplea en el budismo para describir el mundo en que vivimos. El mundo de las apariencias.

Se supone que el mundo real está más allá de las apariencias, tras el velo de la ilusión o mayá, pero hasta alcanzar ese lugar seguimos pasando los días en este mundo fluctuante y transitorio.

En el budismo indio se consideraba que el mundo de la ilusión es triste, caduco y efímero, algo parecido a lo que nosotros llamamos “valle de lágrimas”. La escuela budista hinayana compara el mundo “con un montón de espuma, una burbuja, un espejismo, un sueño, un espectáculo mágico”.

Pero poco a poco el mundo fluctuante fue adquiriendo otras connotaciones, sobre todo en China y en Japón.

En Japón se llamó al mundo fluctuante Ukiyo («mundo triste», de uki, pena y ansiedad), pero con el tiempo se adoptó para representar el sonido ukiyo un ideograma homónimo que significa flotante, “que aparte de la imagen geográfica del mundo, también trasmite muy adecuadamente la idea de la transitoriedad de la vida”.

Hay que tener en cuenta que los japoneses tienen interiorizado que viven en un mundo flotante, o que al menos parece flotar sobre las aguas en su extenso archipiélago.

Y es el monje budista, escritor y poeta Asai Ryoi que tal vez se acerca con más precisión la filosofía de esta época:

“Sólo vivimos para el instante en que admiramos el esplendor del claro de luna,

la nieve, la flor del cerezo y las hojas multicolores del arce….

Nos dejamos llevar –como una calabaza arrastrada por la corriente del río-

sin  perder el ánimo ni por un instante.

Esto es lo que se llama el mundo que fluye,

el mundo pasajero”.

 

Asai Ryoi. “Narraciones sobre el mundo efímero de las diversiones”

Kyoto 1661.

Este curioso cambio de significado se debió a la novela del japonés Ijara SaikakuAmores de un vividor (1685). A Saikaku se le podría considerar como el Quevedo japonés, donde costumbrismo, picaresca y realismo se dan la mano, y que tanto ha influido en los escritores modernos del Japón.

El protagonista es un vividor y aventurero llamado Yonosuke, “que toma su nombre de una expresión abreviada de la frase “Ukiyo no suke”, es decir “hombre del flotante mundo”.

 En Amores de un vividor, Saikaku cuenta la vida erótica de un tal Yonosuke. Cada capítulo es un año de su vida y una historia erótica. Este género de memorias, a menudo tempranas, y con fuerte contenido erótico es casi una tradición en Japón. Y tal vez fue Saikaku quien lo inició, su libro se publicó en 1685. ¿Fue este siglo, el equivalente al siglo de oro de la literatura japonesa? Las similitudes están ahí.

 

A este género se llamó Ukiyo-zoshi o “libros del mundo flotante”, relatos breves o de mayor extensión, a menudo audaces y con frecuencia prohibidas, destinadas al consumo popular y que recogían la nueva riqueza y el ocio de los chönin, la clase ciudadana (mercaderes, artesanos y la pequeña nobleza los samurais), en los barrios alegres.

 

En estas historias o relatos se mezclan y quedan reflejadas las costumbres de la época con toda la crudeza y realismo posible.

 

En esta época surgen los barrios de placer y vicio en las ciudades de Edo(Tokio), Kyoto, Nagasaki, el teatro Kabuki y la representación en grabados de escenas cotidianas, de personajes hermosas damas, de paisajes, actores y actrices del teatro, de cortesanas, y estampas eróticas de todo tipo con sexo explicito.

 

Posteriormente, a partir del año 1868, una vez que Japón abriera sus puertos y accediera al comercio con el mundo, las estampas japonesas fueron un producto de gran valor comercial y cultural, sobre todo para los artistas europeos que vieron en ella un modelo, un objeto de estudio y con una fuerte de estimulación estética. Entre estos artistas se pueden nombrar entre otros a Van Gogh, Monet y Matisse. De la misma manera se dio paso a un fenómeno de curiosidad y seducción por el mundo japonés colmado de exotismo y fetichismo para el ojo occidental.

 

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Estampa erótica japonesa-shunga

 

Cerezos en flor de Van Gogh

 Cerezos en flor de Vincent van Gogh

 

 

 

Murcia, 17 de marzo de 2014

 

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Olé, olé, olé y olé, olé, olé

OLÉ, OLÉ, OLÉ y OLÉ, OLÉ, OLÉ

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Selfie(autofoto) del Macaco negro con moño

(Hasta él es capaz de hacerse la autofoto)

El otro día leyendo un articulo en el periódico, uno de los columnistas comentaba de la intranscendencia y banalidad de los mensajes que recogen los medios y redes sociales como Faceebook, Twitter , Tuenti o Instagram. Un ejemplo, las fotos que se cuelgan con detalles de la cotidianidad de vida diaria, de algunos considerados más o menos famosos, comiendo, tomando el sol o meando con perdón. Todo ello absolutamente prescindible para el resto de la humanidad y que por supuesto algo que en teoría no debería interesar a nadie. A este tipo de narcisismo las redes sociales lo han dignificado con un sonoro apelativo, el de selfies.

Selfie es el término inglés que equivale a una autofoto o autorretrato, normalmente realizada con una cámara digital o por un teléfono móvil.

Ejemplo mas reciente, el ya famoso selfie de los actores y actrices en la entrega de los Oscar de este año.

Pero la palabreja tiene su intríngulis por la aceptación que ha tenido en las redes, tan es así que los diccionarios Oxford la eligieron como la ‘palabra en inglés del año en 2013’.

¡Toma ya!

Pero esto no deja de ser un botón de muestra, y que me decís del término trending topic(los TT), “lo que mas se está tuiteando, las tendencias del momento”, denominación que se ha extendido, no solo en las redes, sino en los demás medios de comunicación, prensa y televisión.

 

Y que puede ser una palabra, una frase o un hashtag. Algo que está en el ranking por haber ido “rankeando” hasta el primer puesto.

 

O el término hashtag que es una palabra o conjunto de palabras que precedida por el símbolo numeral #(la famosa almohadilla) se genera un hipervínculo en Twiter, de modo que uno puede seguir a todos los tweets que contengan ese hashtag.

 

 O del más repetido, este ya en los medios de comunicación normal televisiones sobre todo, el del photocall.

 

El photocall , algo así como una combinación de las palabras inglesas para «fotografía» y «llamada»,  es el espacio privilegiado que ocupan celebridades, personajes reconocidos o simplemente gente famosa cuando llegan a un evento, antes de entrar al local del mismo. Es un espacio importante, sobre todo porque en ese lugar las personas se detienen un momento, mientras que los fotógrafos tratan de buscar su mejor ángulo para tomar fotografías.

Al fondo del mismo, los logotipos de las marcas o esponsor de las que se hace publicidad. Está situado cerca de donde aparcan los automóviles y de los que descienden las o los celebrity y cerca además de la entrada principal al evento.

Bueno y así podría seguir un buen rato con estas disquisiciones que no llevan a ningún lugar, pues son temas que no se pueden controlar y que están en las manos, que no en las mentes, de los usuarios de las redes sociales, que son al fin y al cabo quienes tienen la última palabra.

Si miramos hacia atrás en el tiempo es verdad que tenemos ejemplos paradigmáticos de selfies-sin coña claro- como La Rendición de Breda o Las Meninas de Velázquez.

¡Virgen del Amor Hermoso!  Y tendría que decir eso de: Pero que guay!, es que es la moda, y hasta estoy apuntado a eso de los blogs y me pirro por lanzar mis correos, pero aún así reconozco que cada vez más, estamos siendo colonizados por la terminología del mundo anglosajón y la banalización de las redes sociales y de los medios de comunicación, sencillamente nos están merendando.

Y solo me queda la opción de cantar eso tan español como es el : olé, olé y olé olé olé, olé, olé y olé.

Que más que canto por bulerías es canto por soledades.

 

Las Meninas_Velazquez

Las Meninas-Velázquez

 

 

Murcia, 14 de marzo de 2014

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Como el aleteo de una mariposa

El aleteo de una mariposa

 

Capilla de los Velez -cupula

Capilla de los Vélez_Cúpula_Catedral de Murcia

Creo que es una característica de la familia, algo que se ha dado y se da en la rama materna de mi familia, una especial sensibilidad, una percepción mas allá de lo sensorial que no tiene que ver solo con lo físico y si más bien con lo psíquico y espiritual, algo parecido a un sexto sentido, pero a su vez algo tan leve como el aleteo de una mariposa.

Mi abuela materna por lo que cuenta mi madre lo tenía, mi madre lo heredó, y algún otro familiar  que también está en ello, y yo tal vez sea partícipe de lo mismo y esté en esa línea. Algo de eso debe de ser. El caso es que esa forma de percibir  y comprender  ciertas escenas o situaciones, en que parecemos quedar en un plano diferente al de la realidad que nos circunda, como si lo viéramos la escena desde fuera, algo instantáneo donde  la escena se ilumina y la percibes con una extraordinaria nitidez, como el disparo de un flash. Sientes que estás por encima, en otra dimensión, aislado y desconectado de lo que te rodea, como en suspensión. Son situaciones de comprensión y lucidez clarividente. Y su  misma brevedad  hace que lo asumas con naturalidad.

Y a que viene todo esto, pues es muy sencillo, me va a ayudar a explicar alguna de esas situaciones, como por ejemplo la que he vivido hoy.

Era día de tertulia literaria con un grupo de amigos, se trataba de comentar un libro que habíamos leído y nos habíamos dado cita a primera hora de la mañana en una céntrica cafetería, cerca de la plaza de Santo Domingo.

Últimamente procuro no coger el coche, así que me desplazaba andando desde el barrio en que resido hasta el centro de la ciudad, a veces para acortar y ganar tiempo suelo cruzar por el interior de la Catedral a la altura del crucero, entrando por su puerta sur, la de los Apóstoles y saliendo por la del norte, la de la Cruz, que desemboca justo en la calle donde está ubicada la cafetería del punto de reunión. Era sábado y a esa temprana hora muy poquita gente transcurre por la calle, había salido de casa con el tiempo justo y me apresuraba por llegar a la hora convenida, y ante la premura, me decidí por pasar a través de la Catedral.

A la puerta estaba el mendigo de siempre pidiendo limosna- esos rumanos que tienen copados todas las iglesias, instalados en la mendicidad- lo esquivé, empujé el pesado portón de madera y entré decidido en el templo. Como siempre una atmósfera de tranquilidad emana del recinto, las capillas que rodean el coro y el altar mayor aparecían iluminadas y el resto del templo permanecía en semipenumbra, se veían algunos fieles sentados y arrodillados en actitud de recogimiento, y el silencio que todo lo enseñoreaba.

Quería pasar justo al fin de los bancos de los fieles y bordeando los escalones y la verja que dan acceso al coro, con el fin de no molestar y hacer el menor ruido posible, y entonces me di cuenta del sacerdote que presidía el altar en actitud de recogida y silenciosa concentración, inclinada su cabeza y los brazos cruzados sobre el pecho. Se estaba celebrando la misa.

Al fondo a la izquierda y en el altar mayor brillaba la lámpara con la luz roja anunciando la presencia del Santísimo. Los rayos de sol de la mañana que incidían en las altas vidrieras del lateral derecho del altar mayor se difuminaban e iluminaban la escena, y la luz reverberaba en el interior de la iglesia.

La magia del momento me atrapó y detuve mis pasos observando absorto la escena.  El silencio y el recogimiento de los fieles y el sacerdote me impresionaron, y por un momento toda la escena pareció quedar en suspenso, el tiempo parecía haberse detenido, y como un flash anonadado y emocionado sentí la fuerza de su presencia. Estaba allí. Fue un instante y enseguida el sacerdote se incorporó y extendiendo los brazos bendijo y dio por finalizada la misa. Los fieles se pusieron en pie dando gracias al Señor. Y yo mecánicamente así lo hice también.

La magia se había roto, la escena había recobrado el movimiento y pensativo e impresionado salí lentamente del templo por la puerta de la plaza de la Cruz.

Me apresuré entonces, mis compañeros de tertulia estaban esperando ya cuando llegué.

Murcia, 8 de marzo de 2014

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Francisco Sánchez Gómez- Paco de Lucia

Francisco Sánchez Gómez o sease:

Paco de Lucia

 Paco_de_Lucía_4-2007

 

Ya sé, ya sé, he tardado tiempo en hablar del tema, pero es que me he tomado unos días de reflexión, no quería volcarme en el tema en caliente, el asunto requería un poquito de tiempo. Y digo esto porque todo el mundo se ha lanzado a tumba abierta- y nunca mejor dicho- a alabar la trayectoria artística y personal de Francisco Sánchez Gómez más conocido por su nombre artístico de Paco de Lucía. Una figura señera del flamenco y un renovador de la guitarra flamenca, pues durante muchos años fue su máximo representante, creador e intérprete de la misma a nivel nacional que es tanto como decir mundial.

Hace un mes aproximadamente sorprendentemente y a precio de saldo había localizado, en uno de esos restos de cedes pasados de moda que encuentras en ciertos hipermercados, el famoso “Entre dos aguas” grabado en la casa Philips en el año 1973, aunque en una versión digital y remasterizada en el año 1981, nada hacía prever y suponer el cercano desenlace. Ha sido como algo premonitorio, encontrar la obra que lo lanzó a la fama como solista de guitarra y poco después enterarme de su muerte, cuando su vida transcurría tranquila y feliz con su familia y junto al mar, cerca de Cancún. La Muerte es así, agazapada espera tranquila y descarga sus terribles golpes cuando menos lo esperas.

He leído y escuchado los comentarios y reseñas laudatorias en los medios de comunicación con detenimiento y solo quiero hacer alguna salvedad o precisión a lo dicho. Primero se debería de reconocer que aunque fue un innovador y fomento la fusión, no fue ni muchísimo menos el primero en hacerlo, pues Sabicas se adelantó a él años antes y el lo reconoció como maestro. Segundo, en el dominio de la técnica de toque de la guitarra, si que ha sido muy bueno, muchos lo han considerado el mejor sobre todo sus contemporáneos que lo reconocían así, pero de nuevo los admiradores se olvidan de que Sabicas estuvo ahí antes que él en ese nivel igualmente extraordinaria mente alto, pero innovando con mayor profundidad, no solo la forma y técnica del toque de guitarra sino a nivel de composición, y sacando la guitarra como instrumento de acompañamiento y proyectándola como solista e instrumento de concierto.

El está ya en ese Olimpo de los dioses del arte flamenco, en esas alturas en que el ambiente se vuelve irrespirable y solo son capaces de soportar los más grandes, donde la mas genuina creatividad y el virtuosismo mas exigente brillan con luz propia.

Dicho esto, no tengo más remedio que reconocer y lo hago de buen grado, que Paco de Lucia, consiguió un nivel de popularidad que no había conseguido hasta entonces ningún guitarrista flamenco o no flamenco. Fue la referencia para una pléyade de guitarristas flamencos que lo admiraban y seguían de cerca sus pasos, todos ellos situados también en un alto nivel técnico y de exigencia, pero que no llegaron a brillar nunca tanto como su ídolo.

Y tal vez en ello tuvo bastante que ver las circunstancias y la época que le tocó vivir, pues fue contemporáneo de Camarón, con el que formó un tándem formidable, y que ninguno de sus seguidores pudo igualar nunca jamás. O tal vez sí, y estoy hablando de Tomatito, pero claro Tomatito ha sido y es un gran interprete pero nunca ha sido un gran creador y ahí esta la diferencia. Para mí sin la menor duda el que más se le acercado ha sido indudablemente Vicente Amigo. Pero seguido muy de cerca, por : Rafael de Melchor, Manolo Sanlúcar, Paco Cepero, Moraito Chico, Pepe Habichuela,  Raimundo Amador y otros.

Y tan en así que el mismo Paco de Lucía en los últimos años reconocía que tenía miedo de actuar en España pues el nivel de los guitarristas flamencos era altísimo, pues estaba al tanto de lo producido por sus compatriotas y conocía al dedillo su trayectoria.

Y esto tenía que ver por supuesto con ese nivel de indolencia e inercia que lo atenazaba y que el mismo ha reconocido mas de una vez, que lo alejaba del protagonismo y el divismo, y que le hacia tomarse las cosas con una cierta filosofía, dando prioridad a las cosas sencillas de la vida, a estar con sus hijos, junto al mar , pescando y disfrutando de la vida. Necesitaba el mar y el contacto con su familia, y en ello estuvo hasta su fallecimiento.

Pero aún así y a pesar de todos los pesares estará siempre en el firmamento flamenco como una de las estrellas mas rutilantes, el que más ha brillado, el más conocido y el más querido de los guitarristas, porque en el cante incuestionablemente la figura  ha sido Camarón de la Isla.

Descanse en paz Francisco Sánchez Gómez, alias Paco de Lucia, en su querida tierra de Algeciras y que su mirada se extienda hasta Estambul, al mar al que tanto amaba, cantemósle esas estrofas de la hermosísima “Mediterráneo” de Juan Manuel Serrat:

Ay, si un día para mi mal
viene a buscarme la parca.
Empujad al mar mi barca
con un levante otoñal
y dejad que el temporal
desguace sus alas blancas.
Y a mí enterradme sin duelo
entre la playa y el cielo…

En la ladera de un monte,
más alto que el horizonte
quiero tener buena vista.
Mi cuerpo será camino,
le daré verde a los pinos
y amarillo a la genista.
Cerca del mar, porque yo…
nací en el Mediterráneo.

 

Murcia, 6 de marzo de 2014

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LA ASUNCIÓN DE LA MUERTE

La asunción de la muerte

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 La Santa Muerte-Laredo-Méjico

Han sido meses difíciles, como todos los inviernos la muerte parece activarse y las bajas empiezan a producirse en nuestro rededor, familiares, amigos, conocidos y personajes más o menos conocidos y famosos han ido desfilando a lo largo del invierno.

La Muerte no distingue ni tiene prejuicios en este tema, paciente y presta a la vez está presente en el momento de la ida, cortando poco a poco o bien de golpe los hilos que nos atan a la vida.

Y el problema surge cuando en esta sociedad que vivimos no tenemos interiorizado que en esta vida estamos de paso y que inevitablemente tenemos que enfrentarnos a ese desenlace, nos guste o no. Otras culturas lo han afrontado de otra forma y lo tienen asumido como algo más natural, y así lo celebran y dan culto a la muerte en el día a día, la ven como algo cotidiano en su existencia(en nuestra cultura occidental, los mejicanos por ejemplo). Están más preparados.

En mi entorno he podido observar el fenómeno, desde el que vive obsesionado por la decadencia a la que nos lleva el hacernos mayores y la vejez, hasta el que se lo toma con humor intentando hacer las fintas necesarias para eludirla o aplazarla al menos, saboreando todos los momentos y viviendo en el día a día sin preocuparse por lo que nos deparará el futuro, lo que tenga que pasar pasará. Esos son los dos extremos más paradigmáticos.

Recientemente ha fallecido un familiar cercano y querido, mi tía María a la edad de 92 años, no tenía ninguna enfermedad significativa, simplemente su organismo estaba tan cansado que dejó de funcionar  se colapsó y se apagó suavemente, no le dolía nada ni padeció, pero si es cierto que en las ultimas horas, en la agonía, hay como una especie de oposición en el que el alma se aferra al cuerpo o tal vez el cuerpo se aferra al alma, como una resistencia, una tensión hasta que al final esos delgados pero a veces fuertes hilos que nos atan  a la vida ceden y se rompen. Cuando la vida se escapa, el rostro se relaja y las tensiones que lo habían atenazado desaparecen y la paz lo inunda. Lo he observado en los casos en los que he estado cercano y para mí es un buen indicio. Es como si el alma en su intento desesperado por dejar el cuerpo quisiera dejar un mensaje de esperanza a los familiares y seres queridos, que sufren por lo que creen una pérdida irreparable.

También tengo otras referencias estás por relatos que mi madre me ha contado por haberlos vivido o sufrido con otros miembros de la familia que han ido desfilando y dejando este valle de lágrimas.

Así desde la muerte de su abuela materna, conserva recuerdos de cuando ella tenía algo más de tres años y como le impactó la visión del cadáver, amortajado y tendido en el suelo, con toda la parafernalia que suponían los duelos en los pueblos por aquel entonces con plañidera incluidas, en este caso en Sangonera la Verde de donde era originaria la familia materna.

De la muerte de sus tíos (el matrimonio) por la terrible epidemia de gripe del año de 1919 – la llamada, Gripe española- que asoló toda Europa justo después de la Primera Guerra Mundial y que tan gran mortandad produjo, pues murieron millones de personas. Amortajados en habitaciones o dormitorios enfrentados y que dejaban desamparados y huérfanos a dos niños de corta edad, sus primos. Un terrible drama, los niños quedaron a cargo de sus abuelos que los criaron.

O el caso de mi abuela paterna este más reciente en el tiempo. Habíamos ido a visitar a mi tía hace unos días, pues se encontraba peor y en estado irreversible pues había entrado en coma – le habían administrado el sacramento de la Extremaunción -. Mi madre dentro de que estaba desolada, albergaba como una última esperanza de una posible recuperación. Al regresar a Murcia, por el camino me comentaba como ejemplo el caso de mi abuela paterna, no sin un cierto tono humorístico.

“Tu abuela María estuvo en dos ocasiones que se moría, y las superó, dos veces con 80 años estuvo a las puertas de la muerte y cuando ya todos la habían desahuciado, incluido el médico, inexplicablemente se recuperó. En el pueblo no se hablaba de otra cosa, y tan es así, que un amigo de la familia “El cojo de los Ruices” que fue a visitarla le decía, ¡Martina, Martina, como lo haces, que dos veces has toreado a la Muerte!”

Lo de Martina era por mi abuelo Martín, era el apodo por el que se la conocía en el pueblo.También es verdad que mi abuela paterna era una mujer fuerte, alta y delgada y con un fuerte carácter. Vamos que tenía bastantes recursos y armas para enfrentarse a la Parca, aunque claro, que a la tercera fue la vencida.

Aunque tengo muchas más anécdotas y relatos curiosos sobre la muerte de familiares y amigos, no voy a seguir pues el relato se alargaría demasiado. Solo puedo decir que la Muerte esta ahí, siempre presente, recordándonos que estamos aquí de paso.

Murcia, 1 de marzo de 2014

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