Archivo mensual: abril 2022

Dejad tranquilo a Machado…!

DEJEMOS TRANQUILO A MACHADO…!

Antonio Machado en su madurez

Basta ya !
Dejemos tranquilo a Machado…!
Para que hablar de su infancia?
Acaso tiene remedio
Recuerdos lejanos de un huerto claro
donde madura el limonero,
reflejos de blanca cal
en el sitio palaciego

de las Dueñas
anclado en la luminosa Sevilla
en los regatos del tiempo,


Aguas cristalinas corren por
oscuros recovecos del huerto, de las
boqueras y azarbes, por compuertas
y portillos controlados.
Recortados sobre los viejos muros
trepan las buganvillas, y el fino jazmín
muestra al extraño, su tronco senil y nudoso.
Aromas de Sevilla flotan en el atardecer
dorado!

DEJEMOS TRANQUILO A MACHADO…!

En su ser enamorado
a orillas del Duero se muestra,
en Soria.
La felicidad huidiza
no da respiro, y se niega
a dar prolongado contento
al amor de su vida truncado,
en la plena juventud
Ay, la muerte traicionera!
Ahí nace el poeta que clama
al cielo,

y
de los páramos de Castilla describe la belleza,
en senderos de luz.

PERO PORQUE NO DEJAMOS TRANQUILO A MACHADO…!

Quizás podríamos hablar de la sencilla
vida en Baeza, monumental y clásica,
plena de aires renacentistas,
huyendo de los dolorosos recuerdos

paseando por los alegres campos
de caminos bordeados de grises olivares
de soledad llevados, de resignados tedios
claman en su corazón

¡Campo de Baeza,
soñaré contigo
cuando no te vea!

MACHADO…, PERO COMO DEJARLO TRANQUILO!

Triste tiempo el del exilio, en esos días azules
y ese sol de la infancia, en Collioure, viendo
a lo lejos las montañas de la la madre patria
su espíritu ya descansa
a la sombra de un castaño, mirando al mar
en la mañana clara
resuenan firmes sus palabras
en este bello epitafio
que mejor define su alma,
de hombre honrado:

«Y cuando llegue el día del último viaje
y esté al partir la nave que nunca ha de tornar,
me encontraréis á bordo, ligero de equipaje,
casi desnudo, como los hijos de la mar».

Murcia, 20 de abril de 2022


Va a hacer ya tres años de mi visita , de mi peregrinación a Collioure, a su tumba, de mi modesto homenaje en el viejo cementerio de esta localidad francesa, junto al mar donde descansa, a la sombra de un castaño.

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Tambores sordos o de burla…

Tambores sordos o de burla Viernes Santo de Murcia

Esta Semana Santa son muchos los murcianos que estamos volcados en las procesiones, de alguna manera intentamos recuperar el tiempo perdido, cosa imposible por cierto si bien se mira, pues el tiempo pasado pasado está y nunca podrá ser recuperado, tendremos otro tiempo, pero ya no será el tiempo ido sino el por venir.


Pero en fin es una forma frívola de hablar, consolarnos por lo que no pudimos hacer en ese tiempo porque sentimos como si ese tiempo nos fue robado.


Pero el caso es que nos lo hemos tomado tan en serio que no dejamos pasar ocasión de pasarlo bien, ahora que podemos, que por algo estamos a unos cuantos días de dejar la mascarilla en casa, esa agobiante y odiosa mascarilla que nos ha protegido en los dos últimos años y que de pronto descubrimos que no nos atrevemos a quitárnosla así como así, que nos sentimos desprotegidos y como desnudos, porque ya forman parte de nosotros, es el llamado «síndrome de la cara vacía», mismamente como nos pasa con el móvil cuando lo olvidamos en casa. Que hacer entonces, te preguntas, llevarlas o no llevarlas, pues cada cual hará lo que considere más conveniente según sus circunstancias, habremos recuperado la libertad de elección, vaya privilegio cuándo tienes tantas dudas.


Pues como os iba contando nos hemos volcado en las recuperadas procesiones, y eso supone una forma de implicación, te preguntas como puedes ayudar a la gente, y si es posible que sea a nuestra gente, a los que apreciamos y queremos aunque nunca hayamos querido reconocerlo expresamente por eso de la timidez y los falsos prejuicios, por lo poco varonil que supondría reconocerlo, porque desde la mas tierna infancia se nos ha inculcado la idea que manifestar esa querencia no es de hombres y como se debe ser. Así estamos, aunque creo que muchos de nosotros hemos superado esos prejuicios que desde la niñez nos han marcado para siempre. Estamos en esa tesitura, la de romper estereotipos y falsas creencias. Unos lo han conseguido, otros están en ello y otros ni se les espera.


Estamos impregnados, traspasados, emocionados, superados y ensimismados y enamorados con el sonido de los tambores sordos o de duelo, y sus redobles, porque nos hablan, nos recuerdan con sus ritmos monocordes el mundo de lo sagrado y la Pasión pero también de un mundo aparte, que no es de ahora, sino del mundo de los antiguos ancestros , cuando los dioses erraban por los bosques y habitaban en las altas cumbres de las montañas, desde la noche de los tiempos.


Y por otro lado no llegan no tan lejanos el rumor, el temblor y también el horror que llevan consigo los tambores de la guerra. La paz se ha roto en Europa, y el mundo que conocíamos el que pensábamos que nunca iba a cambiar ha estallado en pedazos, desencadenándose una guerra por un lunático que solo piensa en imperios caídos que hay que reconstituir, antiguas fronteras olvidadas que hay que recuperar, zonas de influencia que hay que marcar a fuerza de cañonazos, no importan los muertos, la gente sencilla que pierde sus hogares, los que huyen de la guerra, los niños muertos, las ciudades destruidas. Se trata de recuperar el tiempo perdido, y cambiar la historia. Pero eso como hemos dicho anteriormente eso nunca es posible, porque el tiempo que pasó pasado está y la historia no se puede cambiar así como así, porque aunque no nos guste, tenemos que asumirla, no podemos ignorar la realidad.


Hasta cuándo estaremos a salvo del redoble y estruendo de los tambores de la guerra? Seremos capaces de eludirlos? Los vamos a ignorar? No nos vamos a dejar arrastrar por esa locura?


La situación es demasiado preocupante pero la estamos viviendo como si no pasara nada importante, porque la situación nos está afectando directamente, ya, ahora mismo. Y nosotros también nos estamos equivocando al no darle la verdadera importancia a lo que estamos viviendo, porque tarde o temprano, mas temprano que tarde pienso yo, tendremos que afrontarlo.


El tiempo se acaba.

Murcia, 17 de abril de 2022

Adenda:

¡Ahí vienen los tambores!
Ten cuidado, hombre blanco, que a ti llegan
Para clavar su aguijón de música.
Tápate las oídos,
Cierra toda abertura de tu alma
Y el instinto dispón a la defensa;
Que si en la torva noche de Nigricia
Te picara un tambor de danza o guerra,
Su terrible ponzoña
Correría para siempre por tus venas.

de J. Emanuel Dufrasne González

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