Archivo diario: octubre 26, 2015

La Provence, esa desconocida

¿LA PROVENCE, ESA DESCONOCIDA?

Symphonia_Cantigas_Sta_María
Miniatura de las Cántigas de Santa María_Alfonso X el Sabio
¿Y porque la Provenza? Provenza más que una palabra que denomina una región es un concepto cultural, una unidad cultural màs que geográfica, unas tierras marcadas por la creación lírica, por la mística judía y la Cábala como espacio mágico y esotérico que irradiaba desde Narbona, o bien las acreditadas escuelas de Medicina de Montpellier, cuyo prestigio ha llegado hasta nuestros días. Te vienen a la memoria los cátaros, esa extraña herejía que se extendió y arraigó tan profundamente por el Languedoc cuya erradicación dio lugar a la cruzada albigense así llamada por ser Albi la cabeza y centro del catarismo.

Cuando mencionas o hablas de la Provenza te viene a la memoria aquellos siglos que para nada fueron oscuros de la Edad Media, de la poesía galante y cortés, de los trovadores y juglares que componían e interpretaban la música y las letras de aquellos poemas y canciones que estaban en consonancia con los valores y costumbres de la vida caballeresca de la época, de las cortes y palacios, de justas y torneos, de castillos e idealizadas damas, de escarceos galantes.

Su influencia se extendió, por el norte de España y de Italia y dio lugar a la lírica europea que floreció durante los siglos XII y XIII, llegó al condado de Barcelona con sus trobadors y por el camino de Santiago se expandió por los reinos cristianos del norte de España hasta las tierras Galaico-Portuguesas, al igual que en el norte de Italia, y en el resto de Francia. Lirismo que se caracterizó por que sus composiciones, las de los trovadores y juglares se realizaban en las lenguas romances de la época, el occitano y provenzal como lenguas centrales, el castellano, el catalán, el galaico-portugués, y el italiano y más adelante por Inglaterra y la Europa Central.

En esa época se distinguía el “poeta” que componía versos en lenguaje culto que era el latín, del “trovador”, que escribía los versos en lengua romance, concretamente en provenzal y el “juglar” que los cantaba e interpretaba acompañado de la música. Y su origen proviene de la palabra trovar que literalmente quiere decir componer versos.

La palabra trovador aparece ya, en los poemas del trovador más antiguo del que se tiene noticia, Guillermo de Poitiers- Guilhem de Peiteus,en occitano- , IX duque de Aquitania. Más adelante se extendió a todas las lenguas romances para seguir designando a aquellas poetas cultos que, en vez del latín, utilizaban la lengua vulgar en sus poemas. La poesía trovadoresca, presentaba además –y no sólo en el nombre- importantes novedades.

– Sus autores eran bien conocidos, y además estaba escrita en una lengua que todo el mundo podía entender.

– Se cantaba con un acompañamiento musical, generalmente de flauta, vihuela, citara, guitarra o gaita, y compuesto por el mismo trovador. Su tema era, preferentemente, el amor.

– Su objeto no era la narración de grandes sucesos históricos o legendarios, sino algo mucho más íntimo: la expresión de sentimientos, del amor galante y las experiencias personales y cotidianas.

Los trovadores eran gente que podía pertenecer a cualquier estamento social pero con un nivel cultural alto: reyes, señores feudales, obispos, militares, burgueses, e incluso gente del pueblo.

La poesía trovadoresca se desarrolló en varios países, y su localización geográfica no responde a un país concreto, ni ninguna corte o dominio señorial en concreto. La encontramos en el sur de Francia –Provenza, Aquitania, Gascuña- así como en el norte de Italia, en los Pirineos y en los condados y reinos hispánicos del norte-en Barcelona y en Galicia.

Esta poesía no estaba concebida para ser leída, sino más bien para ser oída y escuchada a través del canto de los juglares, interpretes especialistas que se acompañaban de sus instrumentos musicales y se trasladaban de corte en corte y que, en algunos casos, hicieron grandes fortunas y consiguieron especiales privilegios. Al contrario de los juglares de la épica, que podían improvisar a su antojo y actuaban generalmente en pueblos y villas, los juglares de la lírica habían de aprenderse los textos de memoria y, al actuar ante nobles y reyes, reproducirlos fielmente sin saltarse una coma.

Los trovadores tuvieron una importancia crucial en el desarrollo del amor como tema literario. El amor cortés, así como la idealización de la mujer, eran temas comunes en sus poesías, aunque no los únicos. Los trovadores, como leales servidores de sus respectivos señores, también componían para este, al que elogiaban y dedicaban sus composiciones. En los entierros solían componerse obras para expresar el dolor por la pérdida del difunto, al que igualmente se elogiaba y alababa. También trataron el tema de la guerra y las gestas heroicas, pues muchos de ellos eran caballeros y algunos, incluso, tomaron parte en las Cruzadas (Ricardo Corazón de León).

Y así podríamos considerar a nuestro rey Alfonxo X el Sabio como uno de los más significados trovadores, como el mismo se reconoce en sus Cantigas de Santa María escritas en galaico-portugués.

He aquí una muestra: Cita del prólogo de las Cantigas:
Quero seer oy mais seu trobador,
e rogolle que me queira por seu
trobador e que queira meu trobar
reçeber, ca per el quer eu mostrar
dos miragres que ela fez

Murcia, 26 de octubre de 2015

Nota del escribidor:

En Murcia y en conreto en el Campo de Cartagena tenemos los troveros y repentizadores, nuestros bardos y juglares tan enraizados en la tradición cultural del pueblo, fuente inagotable y finisecular del lirismo popular

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